-¿Qué pasa aquí?
-Que no encuentra los “sobaos”.
-Y ya le he dicho yo que están en el segundo cajón.
-A ver.. que no son los “sobaos” en sí, es como si todo hubiera cambiado, hasta en el barrio. Donde había una ferretería ahora hay un chino, donde la tintorería ahora hay un chino y donde el chino ahora hay dos chinos.
-¿No te gustan los chinos?
-Que no es eso, lo que no me gusta es sentirme como una extraña, no sé donde están las cosas, no sé que regalaros, no conozco a vuestros amigos… es como si aquí hubiera pasado el tiempo más rápido que en la cárcel. Todo es tan distinto…
-Pero.. ¿distinto para mal?
- Nooo, al contrario, estoy muy orgullosa de vosotros. Estoy tan feliz.. pero no es fácil. Llevo 3 años soñando con volver a un sitio y ese sitio ya no existe.
-Mamá, ese sitio si que existe. ¿Habrán cambiado cosas? Pues sí, han pasado 3 años. Pero esta sigue siendo tu casa, y nosotros tus hijos. En el fondo es lo mismo.
-No, Lorena, no. En el fondo no es lo mismo. Yo antes era necesaria y ahora..
-Ahora sigues siendo necesaria, no digas bobadas.
-Que no Soraya, que eso no es verdad, gracias hija pero eso no es verdad. Habéis salido muy bien adelante en estos 3 años que no e estado.
-Es que si que has estado, mamá, siempre. En cada cosa que hacemos. Por lo menos, para mí nunca te fuiste.
-Ni para mí.
-Ni para nadie. Y hemos salido adelante gracias a ti, porque de ti lo hemos aprendido todo.
-Mamá lo sabes, eres el alma de esta familia. Si tuviéramos que poner un titulo a nuestra vida sería: AIDA.
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